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2011 está acabando. A las puertas de un nuevo año es habitual hacer balance del ciclo. Y es un momento típico de hacerse proposiciones para el nuevo ciclo que comienza.

Sin embargo, existe una diferencia enorme entre querer algo y elegirlo. Lo primero es estar dispuestos a aceptar que nos lleguen nuestros deseos como por arte de magia. Pero querer no es suficiente, en ocasiones hay que estar dispuesto a hacer un sacrificio para conseguir algo. Ahí es donde entra en juego la elección.

Jumping around - by Marc Hollander

El principio de un año puede ser un buen momento para recordar qué queremos y elegir aquello que nos pueda ayudar a mejorar. Pero querer o elegir no son suficientes para alcanzar los cambios que deseamos. Para cambiar es necesario comprometerse. Estar dispuesto a hacer lo que haga falta para conseguir lo que se quiere.

Por eso, en un momento como éste, prefiero no enviaros deseos ni buenas intenciones. Aquí y ahora, a punto de comenzar un nuevo ciclo, os hago público mi compromiso. Y si alguien quiere compartir alguno de estos compromisos conmigo, estaré encantado de acompañarlo en el camino.

Mi compromiso para 2012:

Me comprometo a vivir despierto, consciente, responsablemente libre.
Me comprometo a hacer lo que quiero hacer cuando no me apetezca hacerlo.
Me comprometo a conocerme mejor a mí mismo.
Me comprometo a ofrecer más valor a la sociedad.
Me comprometo a vivir experiencias significativas con mi familia.
Me comprometo a no depender de las personas que quiero.
Me comprometo a crecer por encima de mis problemas.
Me comprometo a ayudar a las personas a comprometerse.

Este nuevo año, no quiero más propósitos, tengo suficiente con mis compromisos. Si quieres acompañarme en un año de compromisos, ya sabes dónde encontrarme el año que viene.

Nos vemos en el 2012.